viernes, 13 de junio de 2008

Tipos de Mundos Ficticios (según el tipo de realidad que representan)

Una de las características de la literatura que más nos sorprende es su capacidad de hacernos olvidar nuestro mundo por un momento, y entrar en otro ámbito completamente diferente. En estos universos viven personajes que desconocemos y que a veces habitan épocas distintas a la nuestra o incluso ambientes en los que suceden cosas que nos desconcertarían en nuestra realidad cotidiana. De esta manera, la literatura utiliza el lenguaje para construir mundos regidos por lógicas similares y/o distintas a las de nuestro diario vivir. Como algunas obras literarias presentan elementos comunes en cuanto a los mundos que configuran, podemos clasificarlos en “tipos”. Lo importante es saber que una misma obra puede presentar rasgos de varios tipos de mundo al mismo tiempo, pero que siempre hay uno que predomina sobre los otros:

1. Mundo cotidiano:
Cuando una obra literaria busca configurar un mundo similar al que vivimos diariamente, hablamos de un mundo ficticio de tipo cotidiano. La representación de este tipo de mundo configura un espacio literario que se rige por una lógica habitual o semejante a la de nuestra realidad. Por ello se dice que genera un efecto realista en el lector. Es importante entender que no solamente existe la vida cotidiana que habitamos actualmente, sino que en cada época ha existido una forma determinada de ver el día a día. Existen obras que nos muestran mundos cotidianos del pasado y, por lo tanto, nos dicen algo de lo que sucedía en la época en que se ambientan.
2. Mundo onírico o fantástico:
Lo onírico se asocia al sueño. Sin embargo, esto no quiere decir que a este tipo de mundo correspondan todas las obras relacionadas con el tema del sueño. Se habla de “onírico” porque esta clasificación engloba a todas las obras que configuran un mundo representado que quiebra en algún momento con la lógica en la que vivimos diariamente, para dar paso a una lógica similar a la que se estructura en los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta absurdos son posibles. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la sensación de extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos frente a un tipo de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista se transforma repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración de este tipo de mundo.
3. Mundo mítico:
A este tipo de mundo corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los cuales se deduce el origen de una cultura o de un fenómeno de la naturaleza. Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas sobrenaturales, ancladas en un imaginario religioso específico (dioses, semidioses, héroes, por ejemplo). Por lo tanto, son relatos que, de alguna manera, fundan o se asocian a un determinado conjunto de creencias.

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