miércoles, 25 de junio de 2008









ACTIVIDAD

Actividad sugerida 1: Tipos de mundo ficticio en la literatura

En esta actividad desarrollaremos los siguientes aprendizajes esperados del programa de NM2:
Aplican, en la recepción y producción de discursos expositivos, habilidades y destrezas ya adquiridas: tomar apuntes, indagar sobre los temas de los discursos en fuentes de información pertinentes, seleccionar informaciones y organizarlas para su adecuada exposición, oral o escrita.
Reconocen, en las obras que leen y ven, la calidad ficticia de los mundos representados en la literatura y en producciones de los medios de comunicación.
Identifican, comprenden y utilizan diferentes criterios para clasificar los mundos representados por la literatura en las obras que leen o ven.
Reconocen, en las obras que leen, el mundo cotidiano como el tipo de mundo representado en diferentes géneros literarios e identifican y utilizan algunos de los procedimientos más comunes para generar el efecto de realidad propio de este tipo de mundo.
Reconocen, en las obras que leen o ven (novelas, cuentos, obras de teatro, películas, teleseries y series televisivas, historietas, etc.) diversos tipos de mundo no realistas (oníricos, fantásticos, maravillosos, utópicos y mundos propios de la ciencia-ficción).
Caracterizan el discurso expositivo en una forma básica que lo constituye: la descripción.
Producen breves narraciones de intención literaria en que se manifieste alguno de los tipos de mundos señalados. Te sugerimos que entregues la guía “Tipos de mundo” (al final de la página) a los alumnos y alumnas, donde se enfrentarán a la definición y descripción de tres tipos de mundo creados por la literatura: el cotidiano, el onírico o fantástico y el mítico.
Luego se les mostrará un ejemplo de cada uno de los tipos de mundo seguido de 3 preguntas en las que, por una parte, tendrán que reconocer el tipo de mundo que presenta el texto y por otra, aplicar un contenido ya conocido. Los indicadores de evaluación sugeridos para esta actividad son los siguientes:

Rebelión en la granja (fragmento), de George Orwell:

Identificar una figura literaria (personificación).
Reconocer y describir los elementos extraños al mundo cotidiano.
Identificar el tipo de mundo que presenta el texto (fantástico), a partir de las características expuestas en los ejemplos.

Popol Vuh. Capítulo Primero (fragmento)

Realizar una síntesis de los acontecimientos que ocurren en el texto.
Reconocer y describir los elementos extraños al mundo cotidiano.
Identificar el tipo de mundo que presenta el texto (mítico), a partir de las características expuestas en los ejemplos.

Últimos atardeceres en la tierra (fragmento), de Roberto Bolaño

Identificar el tipo de narrador que presenta el texto.
Reconocer la ausencia de elementos extraños al mundo cotidiano.
Identificar el tipo de mundo que presenta el texto (cotidiano), a partir de las características expuestas en los ejemplos.

En la segunda actividad leerán una versión de un mito azteca (Nahuatl) en el que se narra la transformación de un dios en un axolote o axolotl. Luego los estudiantes deberán investigar en libros, enciclopedias, Internet, etc., qué es un axolotl (o axolote o ajolote), cómo es, dónde vive, etc. Una vez hecho esto, tendrán que redactar una descripción breve del animal en cuestión. Los indicadores de evaluación sugeridos para esta actividad son los siguientes:
indagar el tema planteado; evaluar y seleccionar la información pertinente.
utilizar una de las formas básicas del discurso expositivo: la descripción.

En la siguiente actividad, se enfrenta a los estudiantes a un fragmento de un cuento de Julio Cortázar, donde el personaje, que narra el cuento, se transforma en un axolotl. La idea es que los estudiantes sean capaces de percibir las diferencias (divergencia) que existen entre los diferentes tipos de mundo a partir de un mismo tema (convergencia) que se repita en cada uno. Los indicadores para evaluar esta actividad son los siguientes:

Identificar el tipo de mundo que presenta el texto El tiempo de los Axolotl (mítico), a partir de las características expuestas en los ejemplos del comienzo.

Identificar el tipo de mundo que presenta el texto Axolotl (fantástico), a partir de las características expuestas en los ejemplos del comienzo.

Evaluar e interpretar la relación que existe en ambos relatos a partir del tema (axolotl).

Redactar un texto de intención literaria a partir del tema expuesto (axolotl) y las características del mundo cotidiano expuestas anteriormente.

Tipos de mundo ficticio creados por la literatura

La literatura utiliza el lenguaje para crear mundos ficticios a través de un procedimiento que se denomina verosimilización y que consiste en generar una ilusión de realidad ante el lector. Es importante, entonces, establecer con los estudiantes la diferencia entre el uso práctico y cotidiano del lenguaje, y la forma en que este se emplea en la literatura, esto es (a partir de los conceptos o categorías utilizadas por Jakobson), “…la literatura como actividad con un fin en sí misma, libre de todo condicionamiento o intención práctica, y, por tanto, como lenguaje no referencial, que no comunica nada más que a sí mismo” (Brioschi, 2000: 77).
Si bien cada mundo creado por la literatura difiere de cualquier otro, es posible establecer algunas categorías para clasificar determinados tipos de mundo. Esto significa que un conjunto de obras literarias responde a una serie de características que las hacen utilizar una misma estrategia de verosimilitud respecto del mundo que representan. Desde este punto de vista, podrían ser muchas las categorías para distinguirlos. El contenido III. 1 del Marco Curricular apunta a la lectura de obras literarias en las que se configuren mundos literarios de diversos tipos, señalándose como ejemplo “cotidiano, fantástico, onírico, mítico, utópico, marginal, etc.” (MINEDUC: Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios de la Educación Media, p. 46). Por su parte, el Programa de Estudio no solamente se refiere a tipos de mundo ficticio, sino también a los efectos que provocan (realista, fantástico y maravilloso). Sin embargo, esta categorización puede ser confusa y problemática, ya que no es posible establecer de manera tan taxativa la correspondencia entre tipo y efecto (cotidiano–realista, onírico–fantástico, mítico–maravilloso) cuando nos encontramos con obras, por ejemplo, del llamado “realismo mágico”, en las que lo mítico se mezcla con lo realista y lo maravilloso. De este modo, y preliminarmente, distinguiremos cinco categorías, tomando en cuenta la referencia curricular de la PSU: mundos cotidiano, cotidiano utópico, cotidiano de la ciencia-ficción, mítico y fantástico (onírico).



1. Mundo cotidiano:

Corresponde a todas las obras que utilizan estrategias destinadas a verosimilizar un mundo parecido a la realidad existente en la vida diaria. Una advertencia importante es que los estudiantes, desde esta perspectiva, reconocerían como único mundo cotidiano el que ellos viven a diario. Frente a esto, es relevante dialogar con ellos sobre los mundos cotidianos del pasado (trabajo que puede realizarse en conjunto con el subsector de Historia y Ciencias Sociales), con el fin de lograr que perciban la forma en que obras creadas en otras épocas también responden a la lógica de un tipo de mundo cotidiano, aunque sea diferente del actual. En este mismo sentido, pero a la inversa, si imaginamos un mundo cotidiano hacia el futuro, encontraremos funcionando las mismas estrategias de verosimilización.
El tipo de mundo que así se genera está íntimamente relacionado con el desarrollo del género histórico llamado ciencia-ficción, que crea una realidad posible desde las oportunidades que la ciencia actual otorga como proyección tecnológica en el tiempo. De ahí que consideremos al mundo ficticio de la ciencia-ficción como un tipo de mundo cotidiano, aunque independiente, debido al desarrollo de ese género histórico particular.
De esta misma manera, el tipo de mundo utópico también corresponderá a una proyección del mundo cotidiano, pero dirigido hacia una idea de sociedad que, aunque no es parte de la realidad, se asienta en las mismas estrategias de verosimilitud del mundo cotidiano. Además, al igual que la ciencia-ficción, este tipo de mundo se desarrolló a partir del género histórico del mismo nombre, inscrito por primera vez por Tomás Moro en el siglo XVI.
Dado que al mundo cotidiano se ha asociado el efecto realista, es que hemos optado por considerar ambas categorías (cotidiano o realista) como pertinentes para caracterizar este tipo de mundo. Sin embargo, en términos de nomenclatura, preferiremos trabajar con la categoría de mundo cotidiano.


2. Mundo onírico o fantástico:

Respecto de la noción de lo fantástico, señala Todorov: "En un mundo que es el nuestro, el que conocemos, sin diablos, sílfides, ni vampiros se produce un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo familiar. El que percibe el acontecimiento debe optar por una de las dos soluciones posibles: o bien se trata de una ilusión de los sentidos, de un producto de la imaginación, y las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el acontecimiento se produjo realmente, es parte integrante de la realidad, y entonces esta realidad está regida por leyes que desconocemos. O bien el diablo es una ilusión, un ser imaginario, o bien existe realmente, como los demás seres, con la diferencia de que rara vez se lo encuentra (...) Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre (…). Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural" (Todorov, 1987).
El nombre de este tipo de mundo, onírico, sugiere inmediatamente la asociación con el ámbito del sueño. Por eso muchas veces se comprende este concepto de una manera más limitada que aquella que se considera en el Marco Curricular. Se habla de “onírico” no porque se trate de todos los textos literarios que aborden el tema del sueño, sino porque esta categoría engloba a todas las obras cuya historia presenta quiebres con la lógica cotidiana que aparece en la vigilia, tal como puede suceder en los sueños. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho provoca la sensación de extrañeza, estamos frente a la representación de un mundo onírico o fantástico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista humano se transforma repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración de un mundo de este tipo.


IMPORTANTE: Cabe señalar que si un personaje que experimenta extraños sucesos, al final de su relato despierta y se nos da a entender que todo lo que se relataba antes era parte de un sueño, no estaremos en presencia de un mundo onírico (salvo dentro del mismo sueño), pues se entiende que al regresar al mundo cotidiano (despertar) se nos devuelve hacia el mundo cuya lógica conocemos. De ahí la importancia de vincular este tipo de mundo con la lógica predominante en él y no únicamente con los sueños, pues los estudiantes podrán preguntarse cómo puede no ser cotidiano soñar cosas fuera de lo habitual, si al despertar continuamos en nuestra lógica cotidiana. Es por ello que es necesario percatarnos de las estrategias de verosimilización que está utilizando determinado relato; si se nos da una explicación lógica de algún suceso extraño puede ser que estemos en presencia de un mundo cotidiano, pese a que en algún momento del relato se busque confundirnos. A modo de ejercicio, podemos buscar un texto en el que se rompa la lógica cotidiana pero luego se la recobre mediante alguna explicación (por ejemplo el despertar del personaje, como señalábamos, o un fundamento científico), para rastrear con los estudiantes hasta dónde se trata de un tipo de lógica y cuándo comienza otra. Recordemos que los textos literarios pueden presentar más de un tipo de mundo en su interior, de ahí la necesidad de trabajar con fragmentos específicos en que la lógica imperante se manifieste con claridad. Para que los estudiantes comprendan mejor el funcionamiento del mundo onírico o fantástico, resulta útil presentarles un texto que comience con una lógica cotidiana y de pronto presente un quiebre en ella. Es entonces cuando podemos ver si el texto se interna en el mundo onírico o fantástico, o si regresa posteriormente a la lógica cotidiana mediante alguna explicación lógica.

3. Mundo mítico:

A este tipo de mundo corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los cuales se deduce el origen de una cultura o un fenómeno de la naturaleza (por ejemplo, el origen de las estaciones en el mito griego de Deméter, o el del día y la noche en el mito náhuatl de Nanahuatzin y Tecuciztécatl). Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas sobrenaturales o divinas, ancladas en un imaginario específico, generalmente religioso (dioses, semidioses, héroes, por ejemplo). Por lo tanto, son relatos que fundan o se asocian a un determinado conjunto de creencias que fundan una comunidad. Al igual que con los mundos cotidianos del pasado, es importante trabajar con los alumnos y alumnas en torno a diferentes sistemas de creencias, con el fin de que sean capaces de distinguir los relatos relacionados con ellas. Por eso, es recomendable leer tanto mitos de la Grecia antigua, como los que fundan la cultura mapuche o los que explican el origen de la humanidad en el cristianismo. Dado que en este tipo de relatos la explicación para los fenómenos sobrenaturales es de origen divino, cósmico o místico, se postula que el mundo mítico es también maravilloso. A diferencia de lo fantástico, lo mítico o maravilloso, según Todorov, presenta un mundo que ofrece las explicaciones para el quiebre de la lógica realista. Sin embargo, este punto no logra resolverse del todo y ha dado lugar a muchas confusiones.
En consecuencia, es importante aclarar que la clasificación anterior es simplemente funcional y que, muchas veces, encontraremos la presencia de más de un tipo de mundo en un texto. Sugerimos, entonces, hablar de predominio de elementos de un tipo de mundo.

viernes, 13 de junio de 2008

Tipos de Mundos Ficticios (según el tipo de realidad que representan)

Una de las características de la literatura que más nos sorprende es su capacidad de hacernos olvidar nuestro mundo por un momento, y entrar en otro ámbito completamente diferente. En estos universos viven personajes que desconocemos y que a veces habitan épocas distintas a la nuestra o incluso ambientes en los que suceden cosas que nos desconcertarían en nuestra realidad cotidiana. De esta manera, la literatura utiliza el lenguaje para construir mundos regidos por lógicas similares y/o distintas a las de nuestro diario vivir. Como algunas obras literarias presentan elementos comunes en cuanto a los mundos que configuran, podemos clasificarlos en “tipos”. Lo importante es saber que una misma obra puede presentar rasgos de varios tipos de mundo al mismo tiempo, pero que siempre hay uno que predomina sobre los otros:

1. Mundo cotidiano:
Cuando una obra literaria busca configurar un mundo similar al que vivimos diariamente, hablamos de un mundo ficticio de tipo cotidiano. La representación de este tipo de mundo configura un espacio literario que se rige por una lógica habitual o semejante a la de nuestra realidad. Por ello se dice que genera un efecto realista en el lector. Es importante entender que no solamente existe la vida cotidiana que habitamos actualmente, sino que en cada época ha existido una forma determinada de ver el día a día. Existen obras que nos muestran mundos cotidianos del pasado y, por lo tanto, nos dicen algo de lo que sucedía en la época en que se ambientan.
2. Mundo onírico o fantástico:
Lo onírico se asocia al sueño. Sin embargo, esto no quiere decir que a este tipo de mundo correspondan todas las obras relacionadas con el tema del sueño. Se habla de “onírico” porque esta clasificación engloba a todas las obras que configuran un mundo representado que quiebra en algún momento con la lógica en la que vivimos diariamente, para dar paso a una lógica similar a la que se estructura en los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta absurdos son posibles. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la sensación de extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos frente a un tipo de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista se transforma repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración de este tipo de mundo.
3. Mundo mítico:
A este tipo de mundo corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los cuales se deduce el origen de una cultura o de un fenómeno de la naturaleza. Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas sobrenaturales, ancladas en un imaginario religioso específico (dioses, semidioses, héroes, por ejemplo). Por lo tanto, son relatos que, de alguna manera, fundan o se asocian a un determinado conjunto de creencias.

Tipos de mundo ficticio creados en la literatura



Contenidos

• Lectura fruitiva –activa y participativa– de obras literarias, a partir de la
que se genere:
- Comprensión de la literatura como creación de realidades ficticias por
medio del lenguaje.
- Comprensión de algunos criterios para clasificar los mundos ficticios:
a) Según el tipo de realidad que representen (cotidiana, onírica, mítica).
b) Según el efecto perseguido con su representación (realista, fantástico,
maravilloso).
- Reconocimiento de diversos tipos de mundos ficticios representados
por la literatura y los medios de comunicación.
- Apreciación del enriquecimiento de la lectura literaria activa y
participativa como resultado de la adquisición de los contenidos
precedentes.

Aprendizajes esperados
Los alumnos y alumnas:

• Reconocen, en las obras que leen y ven, la calidad ficticia de los mundos
representados en la literatura y en producciones de los medios de
comunicación.
• Identifican, comprenden y utilizan diferentes criterios para clasificar los
mundos representados por la literatura, el cine, las telenovelas y las series
televisivas en las obras que leen o ven.
• Reconocen, en las obras que leen o ven, el mundo cotidiano como el tipo
de mundo representado en diferentes géneros literarios y televisivos, e
identifican y utilizan algunos de los procedimientos más comunes para
generar el efecto de realidad propio de este tipo de mundo.
• Reconocen, en las obras que leen o ven (novelas, cuentos, obras de teatro,
películas, teleseries y series televisivas, historietas, etc.) diversos tipos de
mundo no realistas (oníricos, fantásticos, maravillosos, utópicos y mundos
propios de la ciencia-ficción).

• Producen breves narraciones de intención literaria en que se manifieste
alguno de los tipos de mundos señalados.